sábado, 26 de abril de 2025

CULTIVO DE CALABACIN CUARESMEÑA

Introducción

El calabacín, también conocido en algunas regiones como zapallo italiano o zucchini, es una hortaliza adaptable y de rápido crecimiento que pertenece a la familia de las cucurbitáceas, la misma familia a la que pertenecen la calabaza, el pepino y el melón. Aunque su origen exacto no está completamente definido, se cree que las primeras variedades de calabacín moderno se desarrollaron en Italia durante el siglo XIX a partir de plantas de calabaza introducidas desde América después de la Conquista. Su nombre, de hecho, deriva del italiano "zucchino", diminutivo de "zucca" (calabaza).

Desde sus inicios, el calabacín se ha integrado fácilmente en diversas cocinas alrededor del mundo gracias a su sabor suave y su textura adaptable a múltiples preparaciones. Su popularidad se ha visto impulsada no solo por su facilidad de cultivo y su productividad, sino también por su notable valor nutricional. El calabacín es una fuente baja en calorías pero rica en nutrientes esenciales como vitamina C, potasio y fibra dietética.

Además de su aporte nutricional, el consumo de calabacín se asocia con diversos beneficios para la salud. Su alto contenido de agua y fibra contribuye a la hidratación y a la salud digestiva. Los antioxidantes presentes en el calabacín pueden ayudar a proteger el cuerpo contra el daño celular. Su contenido de potasio es beneficioso para la salud cardiovascular, y su bajo índice glucémico lo convierte en una opción apropiada para personas que buscan controlar sus niveles de azúcar en 1 sangre. Así, el cultivo del calabacín no solo provee un alimento delicioso y versátil, sino que también contribuye a una dieta saludable y equilibrada. 

 Las principales vitaminas y minerales que contiene el calabacín por cada 100 gramos (los valores pueden variar ligeramente):

Vitaminas:

  • Vitamina C: Un antioxidante importante para el sistema inmunológico y la salud de la piel.

  • Vitamina B6 (Piridoxina): Involucrada en el metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos, así como en la función nerviosa e inmunológica.

  • Vitamina B9 (Folato): Esencial para la división celular y la formación de glóbulos rojos. Importante especialmente durante el embarazo.

  • Vitamina K: Importante para la coagulación sanguínea y la salud ósea.

  • Vitamina A (en forma de carotenoides como el betacaroteno): Importante para la visión, la función inmunológica y el crecimiento celular.

  • Riboflavina (Vitamina B2): Ayuda al cuerpo a liberar energía de los alimentos y es importante para el crecimiento celular.

  • Tiamina (Vitamina B1): Ayuda a las células del cuerpo a convertir los carbohidratos en energía.

  • Niacina (Vitamina B3): Importante para muchas funciones del cuerpo, incluyendo la digestión, la piel y la función nerviosa.

  • Ácido Pantoténico (Vitamina B5): Involucrado en la producción de hormonas y colesterol.

  • Vitamina E: Un antioxidante que ayuda a proteger las células del daño.

Minerales:

  • Potasio: Un electrolito importante para la función nerviosa y muscular, y ayuda a regular la presión arterial.

  • Manganeso: Involucrado en el metabolismo de los huesos, la coagulación sanguínea y la reducción de la inflamación.

  • Magnesio: Participa en numerosas reacciones bioquímicas en el cuerpo, incluyendo la función muscular y nerviosa, el control del azúcar en la sangre y la regulación de la presión arterial.

  • Fósforo: Importante para la salud ósea y la producción de energía.

  • Calcio: Esencial para la salud de los huesos y los dientes, y también juega un papel en la función muscular y nerviosa.

  • Hierro: Necesario para el transporte de oxígeno en la sangre.

  • Zinc: Importante para la función inmunológica, la cicatrización de heridas y el sentido del gusto y el olfato.

  • Cobre: Necesario para la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de los huesos, los vasos sanguíneos, los nervios y la función inmunológica.

  • Selenio: Un antioxidante que ayuda a proteger las células del daño.

Además de estas vitaminas y minerales, el calabacín también contiene fibra dietética, es decir, fibra soluble, como los mucílagos, que ayudan a la digestión y suavizan la mucosa intestinal, e insoluble cuya propiedad es añadir volumen a las heces, facilitando el tránsito y previniendo el estreñimiento. También tiene una cantidad significativa de agua, lo que contribuye a la hidratación y la salud digestiva.




Calabacín hortaliza
Imagen: cortesía de pixabay 

Indice de contenido


Taxonomía del cultivo del calabacín

Descripción de la planta del calabacín

Propagación  organica del calabacín

Consideraciones a tener en cuenta antes de sembrar con semilla del calabacín

Siembra con semilla del calabacín

Preparación del sustrato para el almácigo para sembrar calabacín

Cuidados del semillero al sembrar calabacín

Trasplante de la plántula del calabacín

Preparación  del sustrato y de la maceta para trasplantar la plántula del calabacín

Siembra directa en el suelo del calabacín

Poda del calabacín

Características edafoclimáticas del calabacín

Tipo de suelo óptimo para el cultivo del calabacín

Clima óptimo para el cultivo del calabacín

Ph 

Abonado 

Riego 

Control de malas hierbas 

Cosecha del calabacin

Plagas y enfermedades del calabacin


Taxonomía del cultivo del Calabacín

El calabacín pertenece al siguiente orden taxonómico:

  • Reino: Plantae (Vegetal)

  • División: Magnoliophyta (Angiospermas, plantas con flor)

  • Clase: Magnoliopsida (Dicotiledóneas)

  • Orden: Cucurbitales

  • Familia: Cucurbitaceae (Familia de las cucurbitáceas)

  • Género: Cucurbita

  • Especie: Cucurbita pepo

  • Variedades: Dentro de Cucurbita pepo existen numerosas variedades de calabacín que difieren en forma, color del fruto (verde oscuro, verde claro, amarillo) y hábito de crecimiento (arbustivo, rastrero).

Descripción de la planta del Calabacín

La planta del calabacín se caracteriza por las siguientes estructuras:

  • Hábito de Crecimiento: Generalmente presenta un hábito arbustivo o semi-arbustivo, con tallos erectos y ramificados desde la base. Algunas variedades pueden tener un hábito más rastrero.

  • Hojas: Son grandes, lobuladas (generalmente con 3 a 5 lóbulos), ásperas al tacto y de color verde oscuro. Están sostenidas por largos peciolos.

  • Flores: Son grandes, solitarias, de color amarillo brillante y con forma de campana. Son monoicas, lo que significa que en la misma planta se encuentran flores masculinas (con estambres) y femeninas (con pistilos y un ovario inferior que se convertirá en el fruto). Las flores masculinas suelen aparecer primero.

  • Frutos (Calabacines): Son bayas alargadas y cilíndricas, aunque algunas variedades pueden ser redondas o con forma de botella. La piel es lisa y de color variable según la variedad (verde oscuro, verde claro, amarillo). La pulpa es blanca o verdosa, tierna y con numerosas semillas planas y ovaladas en su interior.

  • Raíces: El sistema radicular es fibroso y relativamente superficial, aunque puede extenderse considerablemente en busca de agua y nutrientes.

  • Tallos: Son herbáceos, angulosos y cubiertos de pelos ásperos.

Propagación orgánica del Calabacín

La propagación orgánica del calabacín se realiza principalmente por semilla. Para asegurar una propagación orgánica, es fundamental utilizar semillas certificadas como orgánicas, lo que garantiza que no han sido tratadas con productos químicos sintéticos. El proceso es el siguiente:

  1. Obtención de Semillas Orgánicas: Adquirir semillas de calabacín de proveedores certificados en agricultura orgánica.

  2. Siembra Directa o en Almácigo: La siembra se puede realizar directamente en el suelo o, para obtener una cosecha más temprana y proteger las plántulas, en almácigos (semilleros).

  3. Condiciones Adecuadas: Proporcionar las condiciones óptimas de sustrato, humedad y temperatura para la germinación y el desarrollo de las plántulas.

  4. Manejo Orgánico: Durante todo el proceso de cultivo, se deben utilizar prácticas de agricultura orgánica, evitando pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos. Esto incluye el uso de compost orgánico, control biológico de plagas y rotación de cultivos.

Consideraciones a tener en cuenta antes de sembrar con semilla del Calabacín

Antes de sembrar semillas de calabacín, es importante considerar lo siguiente:

  • Fecha de Siembra: El calabacín es sensible a las heladas. La siembra debe realizarse después de la última helada de la primavera, cuando la temperatura del suelo se haya calentado a al menos 15-18°C. En climas cálidos, se pueden realizar siembras escalonadas para prolongar la cosecha.

  • Espacio: Las plantas de calabacín necesitan espacio para crecer. Considera el hábito de crecimiento de la variedad (arbustivo o rastrero) y planifica el espaciamiento adecuado entre plantas y filas.

  • Calidad de la semilla: Utilizar semillas frescas y de buena calidad para asegurar una alta tasa de germinación. Las semillas orgánicas certificadas son la mejor opción para un cultivo orgánico.

  • Preparación del suelo: El suelo debe estar bien drenado, ser rico en materia orgánica y haber sido trabajado previamente.

  • Rotación de cultivos: Evitar sembrar calabacín en el mismo lugar donde se cultivaron otras cucurbitáceas (calabaza, pepino, melón) en los últimos 2-3 años para prevenir la acumulación de plagas y enfermedades específicas de la familia.

Siembra con semilla del Calabacín

La siembra con semilla del calabacín se puede realizar de dos maneras:

  • Siembra directa en el suelo:

    1. Preparar el suelo cavando hoyos o surcos con la profundidad adecuada (generalmente 2-3 cm).

    2. Colocar 2-3 semillas por hoyo o a lo largo del surco, dejando el espacio recomendado entre ellas.

    3. Cubrir las semillas con tierra suavemente y regar.

    4. Una vez que las plántulas hayan emergido y tengan un par de hojas verdaderas, seleccionar la más fuerte de cada grupo y eliminar las demás (aclareo).

  • Siembra en almácigo (semillero):

    1. Llenar bandejas de siembra o macetas pequeñas con sustrato adecuado para almácigos (ver siguiente sección).

    2. Sembrar 1-2 semillas por celda o maceta a una profundidad de 1-2 cm.

    3. Regar suavemente y mantener el sustrato húmedo.

    4. Colocar el semillero en un lugar cálido y con buena iluminación.

    5. Trasplantar las plántulas al suelo cuando tengan 2-3 hojas verdaderas y el riesgo de heladas haya pasado.

Preparación del sustrato para el almácigo para sembrar Calabacín

Un sustrato adecuado para el almácigo de calabacín debe tener las siguientes características para favorecer la germinación y el desarrollo de plántulas fuertes:

  • Buen drenaje: Evita el encharcamiento y la pudrición de las semillas y las jóvenes raíces.

  • Ligero y aireado: Facilita la penetración de las raíces y el intercambio de gases.

  • Rico en materia orgánica: Proporciona los nutrientes iniciales necesarios para el crecimiento de las plántulas.

  • Libre de patógenos: Reduce el riesgo de enfermedades en las etapas tempranas.

Una mezcla orgánica recomendada podría incluir:

  • Compost orgánico bien descompuesto (30-40%)

  • Fibra de coco o turba (30-40%)

  • Perlita o vermiculita (20-30%)

  • Un poco de humus de lombriz (opcional, para un aporte extra de nutrientes)

Asegúrate de que los materiales utilizados sean de origen orgánico certificado para mantener la integridad del cultivo. Puedes también hacer tu propia composta.

Cuidados del semillero al sembrar Calabacín

Los cuidados del semillero son cruciales para obtener plántulas vigorosas listas para el trasplante:

  • Humedad: Mantener el sustrato constantemente húmedo pero no encharcado. Regar suavemente con un pulverizador o por inmersión de la bandeja.

  • Temperatura: La temperatura óptima para la germinación del calabacín es de 20-25°C. Una vez que las plántulas emergen, una temperatura ligeramente más baja (18-22°C) es adecuada para su crecimiento.

  • Iluminación: Proporcionar luz brillante e indirecta al principio. A medida que las plántulas crecen, necesitan luz directa durante varias horas al día para evitar que se etiolen (crezcan débiles y alargadas).

  • Ventilación: Asegurar una buena circulación de aire para prevenir la aparición de hongos y enfermedades.

  • Protección: Proteger las plántulas de plagas como pulgones o mosca blanca, utilizando métodos orgánicos de control si es necesario (por ejemplo, jabón potásico).

Trasplante de la plántula del Calabacín

El trasplante de las plántulas de calabacín al suelo se realiza cuando:

  • Las plántulas tienen 2-3 hojas verdaderas y un sistema radicular bien desarrollado.

  • El riesgo de heladas ha pasado por completo y la temperatura del suelo es consistentemente cálida (al menos 15°C).

El proceso de trasplante debe realizarse con cuidado:

  1. Preparación del Suelo: Asegúrate de que el suelo esté bien preparado, removido y enriquecido con compost orgánico.

  2. Excavación de Hoyos: Cava hoyos del tamaño adecuado para el cepellón de la plántula, respetando el espaciamiento recomendado entre plantas.

  3. Extracción de la Plántula: Extrae la plántula del semillero con cuidado, tratando de no dañar las raíces. Si están en bandejas de celdas, presiona suavemente desde la base.

  4. Plantación: Coloca la plántula en el hoyo, asegurándote de que el cuello de la raíz (la parte donde el tallo se une a las raíces) quede al nivel de la superficie del suelo.

  5. Relleno y Riego: Rellena el hoyo con tierra suavemente y riega bien para asentar la tierra alrededor de las raíces.

  6. Protección Inicial (Opcional): En los primeros días después del trasplante, puedes proteger las plántulas del sol directo intenso y del viento con una malla de sombra o campanas.

Preparación del sustrato y de la maceta para trasplantar la plántula del Calabacín

Si se va a cultivar calabacín en macetas, la preparación del sustrato y la elección de la maceta son importantes:

  • Sustrato: Utiliza una mezcla rica y bien drenada similar a la recomendada para el almácigo, pero con una mayor proporción de compost orgánico para proporcionar nutrientes a largo plazo. Una mezcla de compost orgánico, fibra de coco y perlita en proporciones iguales suele funcionar bien.

  • Maceta: El calabacín necesita espacio para sus raíces y un buen volumen de sustrato para retener la humedad y los nutrientes. Elige macetas grandes, de al menos 20-30 litros de capacidad por planta, con buenos orificios de drenaje en la base.

El proceso de trasplante es similar al descrito para el suelo, asegurándote de no dañar las raíces y proporcionando un buen riego inicial.

Siembra directa en el suelo del Calabacín

La siembra directa en el suelo es un método común y efectivo para el calabacín, especialmente en climas cálidos. Sigue los pasos mencionados anteriormente en la sección de "Siembra con semilla del calabacín" para la siembra directa. Asegúrate de preparar bien el suelo con materia orgánica y de mantener una humedad adecuada hasta que las plántulas emerjan.

Poda del Calabacín

La poda del calabacín generalmente no es necesaria para la producción de frutos, pero se pueden realizar algunas prácticas para mejorar la circulación del aire y la penetración de la luz, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades:

  • Eliminación de Hojas Viejas o Amarillentas: Retirar las hojas inferiores que estén envejeciendo, amarillentas o enfermas puede mejorar la ventilación y reducir el riesgo de hongos.

  • Control de Tallos Laterales (en algunas variedades rastreras): En variedades muy vigorosas y rastreras, se pueden podar algunos tallos laterales para concentrar la energía de la planta en la producción de frutos principales. Sin embargo, esto no siempre es necesario y puede reducir el número total de frutos.

  • Eliminación de Flores Masculinas Tardías (opcional): Si la producción de frutos es abundante y la planta está dedicando mucha energía a producir flores masculinas tardías, se pueden eliminar algunas para favorecer el desarrollo de los frutos existentes.

La poda debe realizarse con herramientas limpias y afiladas para evitar la propagación de enfermedades.

Características edafoclimáticas del Calabacín

El calabacín requiere condiciones específicas para un crecimiento óptimo:

Tipo de suelo óptimo para el cultivo del Calabacín

El calabacín prospera en suelos que tengan las siguientes características:

  • Buen drenaje: Es fundamental para evitar el encharcamiento, que puede provocar la pudrición de las raíces.

  • Rico en materia orgánica: El calabacín es una planta de crecimiento rápido que requiere una buena cantidad de nutrientes. La incorporación de compost orgánico, humus de lombriz o estiércol bien descompuesto mejora la fertilidad del suelo y su estructura.

  • Textura franco-arenosa a franco-limosa: Estos tipos de suelo proporcionan un buen equilibrio entre retención de humedad y drenaje.

  • Profundidad adecuada: Aunque el sistema radicular no es muy profundo, una profundidad de al menos 30-45 cm es recomendable para un buen desarrollo.

Clima óptimo para el cultivo del Calabacín

El calabacín es una planta de clima cálido y requiere las siguientes condiciones:

  • Temperatura: La temperatura óptima para el crecimiento se sitúa entre 18 y 30°C. Las temperaturas por debajo de 10°C pueden dañar la planta, y las temperaturas superiores a 35°C pueden afectar la floración y la fructificación.

  • Luz solar: Necesita al menos 6-8 horas de luz solar directa al día para un buen crecimiento y producción de frutos.

  • Humedad: Prefiere una humedad moderada. La humedad excesiva puede favorecer la aparición de enfermedades fúngicas.

  • Protección contra heladas: El calabacín es muy sensible a las heladas, por lo que el cultivo debe planificarse para evitar las bajas temperaturas.

pH que requiere el Calabacín

El calabacín se desarrolla mejor en suelos con un pH ligeramente ácido a neutro, en un rango de 6.0 a 7.5. Un pH dentro de este rango asegura una óptima disponibilidad de nutrientes para la planta. Si el pH del suelo está fuera de este rango, se pueden realizar enmiendas orgánicas para ajustarlo (por ejemplo, añadir compost para acidificar ligeramente o ceniza de madera con precaución para aumentar la alcalinidad).

Abonado del Calabacín

El calabacín se beneficia de una fertilización adecuada, especialmente en suelos pobres. Se recomienda un enfoque orgánico:

  • Preparación del suelo: Incorporar abundante compost orgánico y humus de lombriz al momento de la siembra o trasplante. Esto proporciona nutrientes de liberación lenta.

  • Fertilización de fondo: Se puede añadir un fertilizante orgánico equilibrado (rico en nitrógeno, fósforo y potasio) al suelo antes de la siembra o el trasplante, siguiendo las indicaciones del fabricante.

  • Fertilización de cobertura: Durante la temporada de crecimiento, se pueden realizar aportes adicionales de compost líquido, humus de lombriz líquido o emulsión de pescado diluida cada 2-3 semanas para estimular el crecimiento y la fructificación.

  • Evitar el exceso de nitrógeno: Un exceso de nitrógeno puede promover un crecimiento excesivo de hojas en detrimento de la floración y la producción de frutos.

Riego del Calabacín

El riego adecuado es crucial para el calabacín, especialmente durante la floración y la fructificación:

  • Riego regular: Mantener el suelo constantemente húmedo, pero no encharcado. Riega profundamente a la base de la planta, evitando mojar las hojas para prevenir enfermedades fúngicas.

  • Frecuencia: La frecuencia del riego dependerá del clima y del tipo de suelo. En climas cálidos y suelos arenosos, puede ser necesario regar con más frecuencia que en climas frescos y suelos arcillosos.

  • Mulching (Acolchado): Aplicar una capa de acolchado orgánico (paja, heno, astillas de madera) alrededor de las plantas ayuda a conservar la humedad del suelo, suprimir las malas hierbas y mantener una temperatura más uniforme.

  • Riego en las primeras etapas: Las plántulas jóvenes necesitan un riego regular para establecerse.

Control de malas hierbas del Calabacín

El control de malas hierbas es importante para reducir la competencia por agua, nutrientes y luz:

  • Acolchado (Mulching): Como se mencionó anteriormente, el acolchado orgánico es una forma efectiva de suprimir las malas hierbas.

  • Cultivo manual: Eliminar las malas hierbas a mano o con herramientas de jardín (azada, cultivador) es una práctica común en la agricultura orgánica. Realizar el escardado con cuidado para no dañar las raíces del calabacín.

  • Solarización del suelo (antes de la siembra): Cubrir el suelo húmedo con plástico transparente durante varias semanas en los meses más calurosos puede ayudar a matar las semillas de malas hierbas y algunos patógenos del suelo.

  • Rotación de cultivos: Una rotación adecuada puede ayudar a romper los ciclos de vida de algunas malas hierbas específicas.

Cosecha del Calabacín

La cosecha del calabacín se realiza cuando los frutos son jóvenes y tiernos, generalmente entre 15 y 25 cm de longitud, dependiendo de la variedad. Es importante cosechar regularmente, ya que los frutos grandes pueden volverse fibrosos y reducir la producción de nuevos frutos:

  • Momento óptimo: Cosechar cuando la piel del fruto aún está suave y brillante.

  • Método: Cortar el fruto del tallo con un cuchillo afilado o

Plagas del Calabacín:

  • Pulgones (Áfidos): Pequeños insectos que se agrupan en los brotes tiernos y el envés de las hojas, succionando la savia y debilitando la planta. También pueden transmitir virus y secretan melaza, favoreciendo la aparición de hongos como la negrilla.
  • Mosca Blanca: Pequeños insectos voladores blancos que se alimentan de la savia de las hojas, causando amarillamiento y debilitamiento. También transmiten virus y producen melaza.
  • Araña Roja: Ácaros diminutos que se alimentan de las células de las hojas, causando manchas amarillentas y finas telarañas. En infestaciones severas, pueden secar las hojas.
  • Minadores de la Hoja: Las larvas de estos insectos crean túneles dentro de las hojas, dañando el tejido fotosintético y debilitando la planta.
  • Trips: Pequeños insectos alargados que se alimentan de las flores y las hojas, causando deformaciones y manchas plateadas. Pueden dañar la calidad de los frutos y transmitir virus.
  • Orugas (Gusanos): Diversas larvas de lepidópteros pueden alimentarse de las hojas, flores y frutos del calabacín, causando daños significativos.
  • Escarabajos de la hoja del Pepino: Adultos y larvas se alimentan de las hojas, flores y frutos, causando agujeros y daños estéticos. También pueden transmitir enfermedades bacterianas.
  • Nemátodos agalladores: Microorganismos que viven en el suelo y atacan las raíces, formando agallas que dificultan la absorción de agua y nutrientes, causando marchitamiento y retraso en el crecimiento.

Enfermedades del Calabacín:

  • Oídio (Ceniza): Hongo que se manifiesta como un polvo blanco o grisáceo en la superficie de las hojas, tallos y frutos. Reduce la fotosíntesis y puede debilitar la planta.
  • Mildiu Velloso (Tizón Tardío): Hongo que causa manchas amarillentas en la parte superior de las hojas y un moho grisáceo o púrpura en el envés. Puede provocar la muerte de las hojas y afectar la producción de frutos.
  • Podredumbre Gris (Botritis): Hongo que causa lesiones pardas en hojas y flores, y puede ablandar y pudrir los frutos, especialmente en condiciones de alta humedad.
  • Podredumbre Blanca (Esclerotinia): Hongo que produce una podredumbre blanda y acuosa en tallos, hojas y frutos, a menudo acompañada de una pelusa blanca y cuerpos negros (esclerocios).
  • Gomosis (Chancro Gomoso del Tallo): Enfermedad fúngica que causa lesiones en los tallos de las que exuda una sustancia gomosa. Puede debilitar la planta y afectar la producción.
  • Antracnosis: Hongo que causa manchas circulares hundidas con centros oscuros en hojas, tallos y frutos.
  • Virus del Mosaico del Pepino (CMV): Virus transmitido por pulgones que causa un patrón de mosaico amarillo o verde claro en las hojas, deformación de los frutos y enanismo de la planta.
  • Virus del Mosaico Amarillo del Calabacín (ZYMV): Otro virus transmitido por pulgones que causa amarillamiento, deformación y reducción del tamaño de las hojas y los frutos.
  • Pudrición de la Raíz y del Cuello: Causada por diversos hongos del suelo (como Pythium y Phytophthora) favorecidos por el exceso de humedad y el mal drenaje. Provoca marchitamiento y muerte de la planta.

Manejo y control (con enfoque orgánico):

  • Prevención:
    • Utilizar semillas certificadas y variedades resistentes si están disponibles.
    • Asegurar una buena rotación de cultivos.
    • Mantener una buena ventilación entre las plantas.
    • Evitar el exceso de riego y asegurar un buen drenaje del suelo.
    • Eliminar las malas hierbas que pueden ser hospederas de plagas y enfermedades.
    • Fomentar la presencia de insectos beneficiosos (depredadores de pulgones, mariquitas, etc.).
    • Realizar podas sanitarias para eliminar hojas y tallos enfermos.
  • Control biológico:
    • Introducir depredadores naturales de las plagas (por ejemplo, mariquitas para pulgones, ácaros depredadores para araña roja).
    • Utilizar insecticidas biológicos como el Bacillus thuringiensis (Bt) para controlar orugas.
    • Aplicar hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana para controlar diversas plagas.
  • Control orgánico:
    • Utilizar jabón potásico para controlar pulgones, mosca blanca y araña roja.
    • Aplicar aceite de neem para controlar una amplia gama de plagas e inhibir el crecimiento de algunos hongos.
    • Utilizar purín de ortiga como fortalecedor de la planta y repelente de algunas plagas.
    • Aplicar extractos de ajo o chile como repelentes de insectos.
    • Espolvorear tierra de diatomeas alrededor de las plantas para controlar babosas, caracoles y algunos insectos del suelo.
    • Utilizar trampas amarillas pegajosas para capturar mosca blanca y trips.
    • Para enfermedades fúngicas, se pueden utilizar fungicidas orgánicos a base de cobre o azufre (siguiendo las indicaciones del fabricante). El bicarbonato de sodio diluido en agua también puede ayudar a controlar el oídio.
  • Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE): Combinar diferentes estrategias de control de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Es importante monitorear regularmente las plantas para detectar a tiempo cualquier signo de plaga o enfermedad y actuar de manera oportuna para evitar su propagación.


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